domingo, 24 de febrero de 2008

Nunca más...

Cuantas veces quise decirlo, y me reprimí por miedo a perder...
Ahora no hay nada que lamentar...la verdad siempre fue una sóla.
Como un cáncer, devastadora enfermedad...asi eras tú, lento... pero seguro. No te importaba si sonreía o lloraba, tan sumido en tu egoísmo, buscabas idolatría, una cura inexistente para borrarte esa tristeza.
Como un cangrejo te sumergiste en tu caparazón, arrastrando lastimosamente a todos alrededor. Solo ella era la culpable...pero eras tan ciego que ni siquiera se dignaban tus palabras, para decir que también fue culpa tuya. Sí, es verdad un tipo de buena facha, con el don de la palabra..(aunque ni eso, aveces tus palabras tienen un sarcasmo patético), algo de inteligencia, ¿quien no querría?... Solo hay que pasar por la desgracia, para sacarse ese manto mágico que le ponias a las cosas...una asquerosa capa de infelicidad, y una espera constante de alabanzas. Ese era tu alimento.
Como una garrapata, te aferraste en un momento desesperado, tratando de no ser succionada por agua o quemada por fuego. Chupaste toda la sangre que quisiste, te hiciste feliz, mientras yo...me secaba..
Bendita la hora que me día cuenta de todo este martirio, de esta ''utilización''.
Aveces me preguntaba dolida...que había hecho mal. Y no era mi culpa...
Cuando viste que ya de mi no podías absorver más... tu instinto débil, deprimente, dependiente... buscó una nueva presa. No sé cuantas veces la habrás hecho infeliz con tus berrinches de niño mimado, pero tal vez ella sea igual que tú. Con esa miseria interior...
Tu cobardía, y tu afán de no quedar mal...hasta tuvieron la cara de responder estupideces...'' No era mi intención, la imagen que te hiciste de mi no es verdadera''.
En el fondo...haya sido o no verdad, yo lo sentí en carne propia, y aunque algunas veces te extrañé.
Siento que todo fue para mejor...
Ahora soy libre... de tus recuerdos, aunque haya plasmado esta impresión en este momento(que es lo único que iba recordando).

sábado, 23 de febrero de 2008

Tal vez hoy...

Ella tiene la cura para los días nublados...él, le construye sus sueños...
Incrédula, ella...se lanza al vacío, no sabe lo que le espera. Pero lo intenta, lo intenta...
En un vaivén de caricias sin final, de desencuentros más que encuentros, ella trata de interpretar su significancia.
Envuelta en las paredes de un sueño, siente que cada vez más, será imposible olvidar...
será que ya... está ¿aprendiendo a amar?. Ella no lo recuerda...
Bajo una tormenta interior, aún sigue en su casa... se despierta entre ellos, pese que la lluvia moja su cara, su comida, sus ropas. No hay arrepentimiento, pero no sabe si hay amor...
El vaticinio de un invierno crudo, lo delatan los días, que pasan, y no omiten su estadía...egoístas ellos, se dejan pasar uno a uno, sin contemplar si siquiera, los sorbos amargos que dejan. Es que aquellos días todos los rechazan..., mas todos, a los de primavera aman...y desean que fuesen eternos, y no tan esporádicos como parecen.
Será esa incontinuidad que habita en ella, que no le deja saber...¿si es real o no?
Ella le invita a que sea un mago...que maneje sus sueños, pero también le exije que le salve como a una princesa de los dragones... y cumpliendo su papel como una obra teatral...será mago y príncipe..
Lo que no sabe él... es que ella le invita a conocer el cielo y sus secretos, que lo que en su corazón habita es tan infinito, con tantos campos verdes que indagar, que hasta la vida misma le falla para dimensionar aquel universo.
Él tal vez creyendo que ella es muda... le regala la luna en una noche de eclipse y le cuenta las estrellas...