lunes, 19 de mayo de 2008

Que ganas de odiarte...

Son esos momentos en que hubiera decicido nunca más verte,
me duele que me hagas sentir una estúpida siendo que jamás lo haría yo contigo.
Pero lo recuerdo...tú jamás deberías estar ante mi espacio, ante mi tiempo, porque siemplemente no puedes ser algo para mi.
Si es que siento esos nervios atajados en mi estómago, o disfruto de sentir tu fragancia, sé que lo haría con otros. Si es que he dedicado tardes enteras en tratar de olvidar tu imagen, tu nombre. No es porque me importes.
Aunque negarlo suene a la parte más fácil, es tanto o más peor...
negarte, es como negarme a mi misma. Lo que queda de mi...
Y el valor no me falta, si es que de mirarte a los ojos se trata. Porque aunque sea un fuego escondido, un fuego eterno enmudecido, vivirá siempre en fin de mis anhelos.
Tú tan impersonal.
Tú que serás olvidado,
ojalá por mi mente nunca más recordado.