sábado, 23 de febrero de 2008

Tal vez hoy...

Ella tiene la cura para los días nublados...él, le construye sus sueños...
Incrédula, ella...se lanza al vacío, no sabe lo que le espera. Pero lo intenta, lo intenta...
En un vaivén de caricias sin final, de desencuentros más que encuentros, ella trata de interpretar su significancia.
Envuelta en las paredes de un sueño, siente que cada vez más, será imposible olvidar...
será que ya... está ¿aprendiendo a amar?. Ella no lo recuerda...
Bajo una tormenta interior, aún sigue en su casa... se despierta entre ellos, pese que la lluvia moja su cara, su comida, sus ropas. No hay arrepentimiento, pero no sabe si hay amor...
El vaticinio de un invierno crudo, lo delatan los días, que pasan, y no omiten su estadía...egoístas ellos, se dejan pasar uno a uno, sin contemplar si siquiera, los sorbos amargos que dejan. Es que aquellos días todos los rechazan..., mas todos, a los de primavera aman...y desean que fuesen eternos, y no tan esporádicos como parecen.
Será esa incontinuidad que habita en ella, que no le deja saber...¿si es real o no?
Ella le invita a que sea un mago...que maneje sus sueños, pero también le exije que le salve como a una princesa de los dragones... y cumpliendo su papel como una obra teatral...será mago y príncipe..
Lo que no sabe él... es que ella le invita a conocer el cielo y sus secretos, que lo que en su corazón habita es tan infinito, con tantos campos verdes que indagar, que hasta la vida misma le falla para dimensionar aquel universo.
Él tal vez creyendo que ella es muda... le regala la luna en una noche de eclipse y le cuenta las estrellas...