"No dejes que le dé sed al árbol que tanto te ama, que atesoró tu semilla, que cristalizó tu vida a las seis de la mañana. No dejes que le dé sed al árbol del que eres sol"
La impaciencia es mi peor defecto, y tu creaste esa habilidad para llevarme sin espera. Me gusta tu juego, frío, y me quemas. Mientras me como el orgullo, es mi falda y tus piernas. Me gusta ese color, medio absurdo, pero intenso...de las cosas. Y otra vez tu boca húmeda, en mi boca. Acuéstame.
Boca abajo, amansada, mitad perra, mitad humana.
Dormiré bien.